Hace medio siglo, el médico a bordo de un barco ballenero en la Antártica escribió la siguiente descripción:
“Si pudiéramos imaginar un caballo al cual le clavan dos o tres lanzas explosivas en el estómago y fuera obligado a jalar un camión de carnicero por las calles de Londres, mientras la sangre chorrea a las alcantarillas, tendríamos una idea del método de la cacería. Los mismos cazadores admiten que, si las ballenas pudieran gritar, se detendría la industria porque nadie podría soportarlo.”
El uso de arpones con puntas de granadas explosivas sigue siendo la técnica principal utilizada por los balleneros hoy día. Y ahora Japón quiere usar este mismo método contra uno de los animales más queridos y pacíficos del mundo: la ballena jorobada.
Extraído de http://www.kintera.org/
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